Problemas de pareja: Cuando la pelea se sale de las manos
Bajo a la recepción para encontrar a la pareja que atendería ese día, al momento de hacer el primer contacto visual me llamo la atención de ver que estaban agarrados de la mano, pero algo había en esa escena que no estaba en armonía con entrelazar sus manos, se podría decir que por solo una revisión de su lenguaje corporal se infiere que la que decidió tomar la mano fue la Sra. A pues su atención estaba dirigida al Sr. B – dando entender que estaba siguiendo de cerca todo movimiento de el – y el por su parte, se miraba desconectado afectivamente de la otra persona, ensimismado en sus pensamientos y dando entender que al momento de ceder, brindándole la mano a su pareja evitaba una situación desagradable, a lo mejor un reclamo, una queja, una discusión.
Al iniciar la sesión, la Sra. A fue la que tuvo la iniciativa de comenzar hablar sobre la pareja, llevaban 5 años casados, tenían 2 hijos; 4 y 3 años, el Sr. B es comerciante, el cual su ingreso es suficiente para mantener a su familia adecuadamente, el cual la Sra. A se dedicaba al 100% del cuidado de los hijos y del hogar. Al continuar con la terapia se empezó a explorar el motivo de consulta, el cual el Sr. B toma la directiva e indica que desde hace un tiempo, para ser exactos desde hace 3 años las discusiones son cada vez más frecuentes, más desgastantes y nota que la Sra. A es la raíz del problema pues no tiene control de su inseguridad, lo que piensa y lo que hace al momento de estar discutiendo, al explorar un poco más la Sra. A dice que su marido tiene razón y refiere que antes de casarse con él tuvo varias relaciones fallidas en las cuales se presentaron infidelidades y agresiones, asumiendo que ella tenía la culpa y que quería cambiar. Al momento de indagar un poco más en cómo era la relación cuando se presentaba una discusión; la mayoría de las discusiones entre pareja iniciaban por un queja del Sr. B de la Sra. A, el cual gira alrededor del desempeño como madre; “no sabes cómo criar a tus hijos, por eso no te obedecen”, como pareja; “Siempre estás inventando cosas que no existen, deberias de hacer algo mejor con tu tiempo” y como individuo:”es que eres una persona muy débil de carácter por eso nadie te toma en cuenta, ni tus hijos ni tus familiares”… al momento que se presentaba esta clase de interacción la Sra. A
respondia de manera impulsiva gritando, insultando y por último le reclamaba los errores que hacia el Sr. B.
Lamentablemente eso no para ahí, el Sr. B se unía a los insultos, quejas a su persona y agregaba otro escalón, la amenazaba con lo siguiente: “Separarse de ella, por que estaba “loca” no se controlaba”, “ Que le iba dar razones para que ahora si reclamara de verdad, que si no paraba, se iba ir a buscar otra compañía” y “Que le iba quitar a los hijos y que se quedaría en la ruina pues ella sin él, ella no es nada, ni siquiera tenia en qué caerse muerta” . Al momento de escuchar las amenazas las Sra. A rompía en llanto, gritos e histeria, el cual ha llegado al extremo que enfrente del Sr. B y de sus hijos, agarra cuchillos y que atentaría contra su vida si él le quitaba lo hijos o que pobre de él que se fuera con otra mujer, en ese momento el Sr. B para “controlar” a su pareja la sometía, empujones, agarrones y en ocasiones contadas había utilizado la bofetada para hacerla entrar en si o quitarle el objeto peligroso que tenía en sus manos.
Cualquiera de la situación que se presentará la Sra. A se retiraba y se aislaba por unos días, quedaba inhabilitada, dejando sus roles de madre descuidados y generando preocupación de los hijos y del Sr. B, durante ese periodo corto de aislamiento el Sr. B cambiaba, pues no había reclamos, no había quejas, refiriendo que en ese tiempo no había discusiones. Lo que continuaba en su relato era que el Sr. B iba y pedía disculpas, se arrepentía por haberla agredido verbalmente y/o físicamente, aunque refiere que no le dejaba otra respuesta o reacción, pues no había otra manera de hacerla entrar en razón, por su parte la Sra. A se abría a la escucha y aceptación de ese arrepentimiento y perdón, sumándose al expresarle que tambien tenia la culpa de haber llegado a esos extremos de agresión – objetos peligrosos, amenazas, insultos y arrebatos – pero que por la forma de ser del Sr. B ya no sabe como hacerle entender de otra manera que las cosas no siempre son como él las piensa….después de eso, venía un periodo de alivio, no discusiones, si había roces o diferencias solo se dejaban pasar hasta que se volvía a presentar lo que se describió hace un momento.
Al momento de explorar cómo influía este problema a cada quien, la Sra. A expresa que se siente incomprendida, que no tiene un apoyo sólido, se siente tonta al hacer sus roles de madre, esposa y su persona, aumenta su inseguridad, al mismo tiempo siente mucha ansiedad y estrés por evitar equivocarse, pues así no había quejas de su marido y por ende no había discusiones, esto la había orillado a apartarse un poco de su familia de origen, pues no quería que se enteraran de sus problemas familiares ni de su estado de ánimo. Por parte del Sr. B, refiere que el se siente agotado, estresado, con sentimientos de culpa por la manera en que acaba las discusiones y su manera de reaccionar dentro de la pelea, empieza a percibirse como alguien que está perdiendo el control y que ha empezando a notar que cualquier discusión inicia por comentarios que dice, que la finalidad es para ayudarle y corregir lo errores que tiene la Sra A, y que por eso es el motivo del por cual estan aqui en terapia para “poder superar estas peleas sin destruirse en el intento”.
Tomemos un respiro e invito al lector a reflexionar con las siguientes preguntas; Poniéndose en los zapatos ya sea de la Sra. A o del Sr. B ¿Usted como le haría para evitar que la discusión subiera a nivel de agresión o violencia?, ¿Como le ayudaría al otro a que no lo lastimara? y ya lastimandolo ¿Como le haría para evitar continuar con el juego de agresión/violencia? ¿Cómo se imagina que estas escenas aleatorias y esporádicas de peleas con agresión y violencia, impactan a los hijos? ¿Cómo se imagina que los hijos perciben a sus padre, habrá alguien bueno y malo? y ¿Hasta cuando será suficiente seguir intentando salvar una relación violenta?
El objetivo del presente escrito es brindarte orientación a las personas y parejas que están pasando por episodios de agresión y violencia, el cual se centra en 2 ejes:
1) Explicar qué elementos contribuyen a crear episodios violentos y cómo se mantienen por periodos largos e intermitentes
2) Exponer información de prevención y generar un vínculo para crear una oportunidad de solución para esas personas con episodios violentos.
Antes de comenzar me gustaría empaparnos de algunos datos crudos sobre el estado actual de México sobre violencia en las relaciones íntimas.
Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016 arrojó que:
-El 61.1 % de la mujeres de 15 años o más en México sostiene una relación, de esto el 43.9 % de las mujeres ha tenido incidentes de violencia de pareja a lo largo de la relación.
-Entre las adolescentes y jóvenes (15 a 24 años), el porcentaje es de 40.3 %. El tipo de violencia que más prevalece entre las mujeres de 15 años y más por parte de sus parejas a lo largo de la relación, es la violencia emocional (40.1%).
Ahora volvamos al caso de la “Pareja AB” este tipo de agresión y violencia se le conoce como; “Violencia Situacional” (Kelly y Johnson, 2008), el cual se caracteriza por una escalada simétrica entre 2 personas por lucha de poder, razón o imponer su criterio de temas específicos; errores, malos tratos, observaciones, quejas o temas aleatorios, desempeño, personalidad del otro, carácter por mencionar algunos. Es la más frecuente y utilizada por ambos sexos, es decir una probabilidad de 50% que tiene cada uno de ser agresivo o violento.
Se podría describir como; “Se va de las manos la discusión y termina en agresión o golpes”,quizá ninguno de ellos tenga un control eficiente de su violencia. No hay un patrón de control generalizado, ni intimidación, ni acoso, aunque sí el deseo de hacer daño al otro en ese momento de discusión o pelea.
Así mismo este tipo de problema es el más frecuente atendido en terapia de pareja, por la naturaleza de su “Circuito de Escalada” el cual se expone a continuación:
Lo interesante del «Circuito de escalada de la violencia situacional», es que hasta el paso 5 no se distingue de cualquier pelea seria que pudiera tener alguna pareja ya sea frecuente o esporádicamente. Lo que produce la agresión, es la falta de control individual que se tiene, así como, los valores que se relacionan de una manera curiosa dentro de la discusión; “si tu me ganas no amas, si no cedes ya no me quieres, si tu me gritas es por que tu no tienes control, si tu no me pones atención por eso aviento cosas, como no puedes calmarte por eso te agredo, para hacerte entrar en razón” otra característica es que algún miembro percibe que en ningún momento la pareja puede estar en desacuerdo y por eso, se llega al extremo de que la pelea se suba hasta terminar en agresión o violencia, pintado al principio como un intento exacerbado de solucionar el problema.
Ambos funcionan poniendo los valores personales e individuales por encima de los de pareja: “es más importante que yo tenga razón que el que nos llevemos bien”. Ello dificulta el reconocimiento del dolor del otro (la empatía), perpetuando el conflicto , o lo justifica como un castigo justo. Alternativa, o complementariamente, uno de ellos (por lo general la mujer), puede moverse en la ambivalencia entre seguir optando por la relación y/o no aceptar el criterio y buscar ayuda para la pareja. Así mismo este tipo de violencia que no es mortal, puede ser crónica, y generar consecuencias en la calidad de vida, salud mental individual y de los miembros de la familia.
Espera…. Receta General de Violencia en una relación Gottman (1999) describió 4 maniobras que toda relación violenta tiene y los llamo “Los 4 jinetes del Apocalipsis”, lo que agrava el problema es la frecuencia, la intensidad y si aparecen de manera simultánea o no las maniobras.
Cuando los “4 jinetes del apocalipsis” se vuelven crónicos y aparecen de manera simultánea en la interacción con la pareja, generan un impacto global en la persona: baja autoestima, sensación de “estupidez, descalifica la auto-eficacia, inseguridad, niveles de estrés y ansiedad altos, miedo y sumisión, baja calidad de vida (restricciones económicas y sociales), se establecen enfermedades crónicas: problemas cardiovasculares, trastornos mentales por mencionar algunos y por último evoluciona a una violencia conocida como; Violencia Coercitiva, la cual se resume en “Violencia del hombre hacia la mujer por ser mujer”un problema social actual de México.
¿Cómo Prevenir lastimarse entre ambos?
A continuación se expondrán algunos puntos claves, los cuales ayudarán al lector a evitar que por una discusión se suba a una pelea con agresión y/o violencia.
1) Reconocer que no tenemos auto-control: Toda agresión inicia por un manejo inadecuado de emociones, pensamientos y acciones que nos hacen “cegarnos” en esos momentos de tensión o estrés. Si aceptamos que nuestras estrategias son ineficientes, somos conscientes que podemos hacer algo que dañe a nuestra pareja y por ende parar en ese momento.
2) Identificar cual es tu rol en la pelea: Agresión y/o violencia la forma en cómo se configura es; proactivooreactivo. Proactivo; individuo dentro de la relación que inicia la pelea, ya sea el primero en quejarse, reclamar, insultar o agredir. Reactivo: individuo dentro de la relación que da como respuesta y seguimiento a un queja, reclamo, insulto o agresión. Si comprendemos cuál es nuestro rol, será más sencilla la forma de evitar que la pelea se convierta en agresión y/o violencia.
3) No aceptar “el regalo dañino”: Este punto, se desprende de la metáfora de “si yo te doy un regalo y tu lo aceptas, ¿ahora de quién es? Tuyo” cuando tu aceptas el insulto, groserías o ataques de otra persona, ¿de quien son ahora? tuyos. Y en este punto es donde inicia la escalada simétrica de la discusión, recuerda es un juego de poder, para imponer un criterio o razón. Si nosotros identificamos ese momento en la discusión y podemos tomar un tiempo fuera, evitaremos que suceda alguna agresión o violencia.
4) Redes de Apoyo: Uno de los principales factores que ayuda a ser consciente a la víctima o generar sensibilidad del problema que se vive cuando se discute en la pareja, es buscar redes de apoyo. Al momento de yo aceptar la realidad que vivo con mi pareja y lo expongo a algún amigo, familiar, conocido, institución o profesionista, ya di el primer paso.
Recuerda que existen siempre maneras preventivas para evitar agresión y violencia dentro de la pareja, la principal es fomentar el respeto y la tolerancia hacia el otro, recuerda es “mejor vivir para ti, que morir por alguien”. Y que una razón y solución dentro de familias o parejas son dos caminos distintos, la solución conlleva la aceptación y la validación de lo que sienten y piensan los demás junto con una acción orientada a resolver la dificultad.
Ya por último si eres tu o conoces a alguien que esté pasando por esto dentro de una relación, busca ayuda profesional, es nuestro labor escucharlos, comprenderlos y ayudarlos a ser mejores personas dentro de su relación.
Psic. Luis Silva Moya
Psicoterapeuta individual, pareja y familiar.
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